Tierra firme a la vista.

Paso a paso, partido a partido (tópico futbolero más viejo que la tos, por cierto), el VCF va andando hacia adelante cada vez con mayor firmeza; hasta el punto de que Barça y Madrid ven ya a los de Nuno acercándose peligrosamente por el retrovisor. Si hoy empatan, a seis del líder y cinco del segundo.

No hay nadie en todo el seno del valencianismo que no esté ilusionado con éste equipo, respondiendo con ironía a la dichosa pregunta que se nos formulaba hace bien poquito de, "¿pero qué más queréis siendo terceros"?. Pues mire usted, nada, a día de hoy no queremos nada. Tenemos todo lo que siempre le hemos exigido al VCF; compromiso, actitud, ilusión. Tanto, y a la vez tan poco.

O bueno, en realidad sí, queremos más. Mucho más. ¿Por qué no soñar con dar caza a los dos de arriba?, ¿por qué renunciar a soñar despiertos?, ¿por qué quedando 30 puntos en juego vamos a renunciar a nada?.

Con las prestaciones y sensaciones que da el equipo, resulta difícil ya mantener el discurso de que el objetivo es entrar en Champions. Que igual sí, pero en el fútbol y en la vida a veces que hay que ser un tanto atrevido y dejar a un lado las cautelas. Si a final de temporada el equipo está cuarto, nadie se quejará. Pero nada de conformismos y mal de alturas si hay una mínima opción de reverdecer viejos laureles.

En una foto que promete pasar a la historia del valencianismo, Nicolás Otamendi miraba al frente como si esperara encontrar obstáculos a la vista. Al fondo, pero no tan lejos como cabría esperar, ya se avista tierra firme Nico. Adelante, camarada.

@gustoparticular